Higiene postural y su importancia en el trabajo
Las lesiones osteomusculares, sobre todo las que afectan a la espalda, cuello
y extremidades superiores, son el problema de salud asociado con mayor frecuencia a la población trabajadora. Estos problemas abarcan desde incomodidad, molestias y dolores hasta cuadros médicos más graves que pueden requerir una baja laboral.
La higiene postural consiste en mantener una postura correcta al estar de pie, sentado, acostado, cargar pesos o al agacharse. La postura correcta es aquella que no es fatigante, ni dolorosa, ni altera el equilibrio, ni la movilidad. Se habla de posturas forzadas cuando una o varias zonas de nuestro cuerpo dejan de estar en una posición de confort para pasar a una posición que rebasa los límites “naturales” de nuestras articulaciones.
Por otro lado, es fundamental tener en cuenta las condiciones del entorno laboral, para evitar que éste fuerce la adopción de posturas inadecuadas, como por ejemplo, en espacios reducidos o por dimensiones inadecuadas del puesto de trabajo.
El objetivo de la higiene postural es prevenir trastornos, reduciendo la carga
que soporta nuestro organismo durante las actividades diarias. Una misma tarea se puede llevar a cabo en posturas diferentes, algunas de las cuales son más seguras y requieren un menor esfuerzo físico. Si aplicamos unas normas básicas a nuestros gestos cotidianos, mejoraremos nuestra salud y seremos más eficientes.
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